Viajó de esquina a esquina
kilómetros vacíos, siempre en jarras
y dispuesto a bailar por los tejados
en un Madrid en pie de guerra.
Revueltas y sirenas en tranvía,
campanadas a golpe de mazmorra,
sueños de libertad sin envoltorio
y entre las tristes cuerdas, su guitarra.
Pancartas, nubes y algún claro
agitaron un marzo que hoy mayea
en un asalto al cielo dividido
entre calles mayores y arenales.
Tantos años sin luz hicieron mella
y aunque le deshauciaron de la casa
el indulto llegó sin darle tregua.
"El sol de Andalucía embotellado"
lunes, 7 de diciembre de 2020
TÍO PEPE
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