“…recoged las semillas primitivas
atrapadas en tierra…”
Marisa Olías.
Así pudo pasar
Arrastraron su
cuerpo calle abajo,
lejos de los
paseos otoñales,
bajo álamos
cegados en sus ramas.
Poca ternura y
jugo de tomate
agriado en la
despensa del silencio,
y llantos
infantiles sin memoria.
Resecos sus
pezones agrietados
agrietados sus
ojos y resecos,
apretó con su
mano la sonaja
hasta romper
las uñas bajo tierra.
Ahora monte
arriba se levanta,
entre olor a
alcanfor y a madreselva,
y un hilillo de
leche se desborda
en los ojos
ajados de aquel hijo.
*Catalina Muñoz
fue ejecutada en septiembre de 1936 y enterrada con el juguete de su hijo de
nueve meses, quien ha conocido su historia 83 años después.