La nieve no reviste mis recuerdos,
solo la fina lluvia y un traje transparente,
braguitas con encaje,
camisa de algodón
amargo y sin costuras,
las mangas de farol y cuadros verdes
al fresco de las noches.
Papel en las paredes y Alemania.
Escarcha en aquel cuarto
y frío hasta en los ojos.
Sábados y domingos esperando
la vuelta de otro jueves
para bailar “En Forma” y pasodobles.
Negrura de carbón
en la cocina de la abuela.
Paladas de tristeza tierra adentro.
Pastillas de jabón adelgazadas
sacando brillo a mi melena
que mi madre trenzaba con cuidado.
Y el abuelo afeitando la rutina
con una vieja brocha.
Olor a Varón Dandy y a Nenuco
en un cuarto de baño sin ventana.
Reinvento mi pasado con los sueños
en un dialecto incomprensible
con retazos de nubes somnolientas.
Viajando en un tranvía silencioso
A través de veranos y de inviernos,
el miedo de los pobres en los ojos,
con su mano extendida
pidiendo dignidad
y un bocadillo de sardinas.
Todo se disfrazaba de silencio
mientras un single de los Bravos
se hacía hueco en el espejo
al sol de antes y de ahora.
y mañana
por si el olvido llega.
Aún sigue sin nevar en mi ventana.