" No he de callar, por más que con el dedo,
¿Nunca se ha
de decir lo que se siente?"
QUEVEDO
Para alcanzar la marca en la pared me falta un dedo.
Tengo más arrugas en el alma que en la frente.
Y si en noches con "él" me asalta el miedo,
repito ante el espejo: soy valiente.
Me ama, o eso es lo que me dice,
pero bien sé que es odio lo que siente.
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