Muerto pero mío!!!, gritó llorosa a la monja que se limpiaba sus gafas redondas, mientras ella repetía que quería ver el cadáver de su niño.
- Ya le hemos dicho que el niño ha nacido muerto, es mejor que no le vea….no conseguiría borrar esa imagen en su vida. Ahora ya es un Ángel y está con Dios.
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