"...Sabed que estamos hechos de la insignificancia del mundo,
de las cosas menudas que a menudo olvidamos..." (Enrique Gracia Trinidad))
Amaso la sustancia de mis días
como si fuera el pan que dios me debe.
No soy de sortilegios ni de rezos,
soy más bien de soñar y sacar jugo
a palabras que pierden su sentido.
Se esconderá la tarde de reojo
mientras leo la luz entre fogones,
sin nanas, ni cebolla, ni aderezo.
Si me hierve la sangre a fuego lento
o acaso alguna lágrima se escapa,
dejaré que emborrone el maquillaje
con la mirada puesta en tus poemas
que son como la sal y la pimienta
en días como hoy, un poco sosos.
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