Hacía tanto calor que al refrigerador le costaba trabajo funcionar. Estaba abanicándose con la última factura recibida… Los veranos no son para trabajar, pensaba mientras se imaginaba subido a una tabla de surf que era su sueño. Eran las cuatro de la tarde y no había entrado ni un alma en la tienda así que decidió que no pasaría nada si cerraba antes de tiempo. No se lo pensó, dio un portazo y se aseguró de que todo quedaba en su sitio. Caminó dos horas bajo un sol de justicia, pero mereció la pena..la playa y las olas le esperaban.
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