“Morirán de forma indigna” (Alberto Reyero)
A Milagros.
me dijo que la suerte ya está echada.
Un zapato viudo en la cuneta,
que la vida te desnuda en un instante.
Floreros desdentados
refugio en la vitrina del olvido.
Los hilos sueltos por la caja,
te enredan en los sueños más profundos.
Las fotos de mis nietos,
el andador varado en una esquina,
un cuadro de Dalí que escurre el tiempo,
la cajonera un poco coja,
y la televisión desenchufada.
Baños sin luna nueva ni toallas
lavan con amoniaco las conciencias.
La ropa vieja y trapos sucios
se escoden bajo mantras ilegibles.
Mientras yo miro al techo
y me deslumbra la bombilla,
y llueven conchas de cal blanca,
y me voy resbalando
con los ojos vendados
para no mirar atrás
y morir de forma indigna.
Fui una de ellas.
* En la Comunidad de Madrid murieron más de siete mil mayores
en las residencias durante la pandemia de Covid-19. La cifra podría haber sido
inferior de no haberse aplicado los protocolos de la vergüenza, que impidieron la derivación de muchos
residentes a los hospitales, condenándoles a la muerte en condiciones indignas.