“…Como perros
las cosas no existen sin el amo.” GLORIA FUERTES.
Ya no existe la casa,
ni la puerta de
entrada,
a nadie
recibe el recibidor.
Triste el reloj sin pared, ya no marca las horas,
se suicidó a
destiempo.
La mesa de
fumador está que echa humo,
nadie fuma en la casa que no existe.
La ventana se
tira las horas muertas,
desespera
porque ya nadie se asoma.
Las plantas se
cansaron de echar raíces,
sin agua de mayo y
sol de la mañana.
Plantado
resiste aquel cactus diminuto
que se negó a
florecer .
Trapos y
calcetines sin remiendo
esperan a ser
tirados algún día
desde que se fugó la caja de los hilos.
El viejo
televisor ya no habla solo,
ese parqué yace
limpio y reluciente.
El pasillo se
estrecha tanto en la casa,
las alcobas se duermen a deshoras
sin ventilar y
sin ambientadores,
se ahogan y se
hacen cruces desnudas.
No es
casa, no es hogar, es frío,
es eso que
reposa en el trastero
y que yo saco a la luz.
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