No te
preocupes por mí,
no escarbes
en la luz si ya es de día,
no temas si
mis piernas no responden
si mi voz no
se eleva,
si no estoy
a tu altura.
Ahora que es
invierno y hace frío,
no busques
mi sudor ni mi sudario,
es tiempo de
vivir a quemarropa
sin techo ni
refugio en tu mirada.
No te
preocupes por mí
si alguna
tarde gris me desmorono
y el mar
fluye nublado en mi retina.
La cruz del paladar me va salvando.
Ya he estado
casi muerto varias veces,
no te
preocupes.
