“Quizá tienen razón los
días laborables”
Jaime Gil de Biedma.
Así la vida nos sonríe
a carcajadas dulces,
con un boceto azul o gris marengo.
Blanca la noche se suicida
por la enésima piedra en el camino.
Así la vida nos esconde
sin paredes que se asustan,
detrás del café amargo del domingo
o bajo la eterna mañana
en que haces sábado,
limpiando los cristales y los sueños.
La vida se nos da
en esos días laborables
donde caben los besos a destiempo,
ese corsé inventado de luces y de sombras.
Escribir con palabras de diario,
usadas, rotas, extranjeras
y apenas decir nada.
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