Este soneto es un punto y aparte,
el último poema solitario.
Elijo mis palabras por descarte,
sin voz y sin guión el escenario.
No quisiera gritar en otra parte.
Sacaré mis estrofas del armario,
haré de la rutina mi estandarte
y podrá ver la luz mi poemario.
Publicaré sin puntos suspensivos.
Firmaré con pudor sin iniciales
tantos versos que son inofensivos.
Con la marca vivaz de los mortales,
será un punto y final entre los vivos,
el principio de todos los finales.
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