El poeta

El poeta escribe hasta cuando no escribe nunca

Los versos están en su cabeza

Cómodamente instalados en una serenidad eterna

rondando y esperando ver la salida para

airearse, respirar, y nacer

y es entonces cuando el escribir se convierte en una necesidad

Ya ha nacido el poeta que ha salido de su refugio silencioso

para gritar al mundo o a sí mimo versos de verdades, de mentiras

de luchas sin guerras, de amor sin medida

de lo humano, lo divino, de lo transgresor, de lo de siempre

Una atmósfera nueva envuelve su entorno

la poesía se filtra por todos los rincones de su espacio

para satisfacer a propios y ajenos, a los unos y a los otros

O a sí mismo

Todo se torna distinto, se colorea, se entona música

Alegres melodías, que envuelven el día a día en papel de regalo

Amanece y el poeta ve en el sol

un universo de luz que enciende las cavernas

de las noches apagadas por un viento nuevo

Las gotas de agua en la mañana

se convierten en notas musicales, do, re, mi, fa, sol...siempre sol

agudas y precisas notas que renuevan su espíritu 

Las hojas secas en otoño, el calor sofocante en el verano
La primavera...siempre la primavera

son motivo de alabanza

ni frío ni calor afectan a su alma

que viaja vagamente y se transporta a lomos de una estrella

que le lleva a  la realidad más hilarante

reflejada en un lugar esquivo

extraño pero tan tristemente necesario para vivir

Y pasan las horas, largas horas

empapadas de sudor denso y espeso

se desnuda la tarde poco a poco para descubrir

los colores más alegres de la noche

que le recibe en su seno, le acoge en un apretado abrazo

y se le concede un último deseo al poeta:

un poco de tiempo para escribir.