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lunes, 26 de julio de 2021

 “Y me voy sin haber recibido mi legado,
sin haber habitado mi casa,
sin haber cultivado mi huerto,
sin haber sentido el beso de la siembra y de la luz…”
León Felipe
 
 
Puerto de La Coruña. Lunes 6 de abril de 1925.
Una mujer a punto de embarcar rumbo a Buenos Aires donde va a trabajar de ama de cría, dejando atrás dos hijos, tres hijas, un marido y toda una vida en su Asturias natal.
 
 
Me voy
con los pechos henchidos,
rota de pena y esperanza.
Marcho desnuda y casi muerta
en busca de otra vida que ponerme.
No sé lo que me espera tras la orilla,
tan lejos de mi tierra,
ya tan cerca del mar ensombrecido.
Dejo atrás los acordes del orbayu 
y algún baile enredado en la distancia,
los ojos de mis hijas y mis hijos,
las manos retorcidas de mi hombre,
campos de berzas, miel en celo,
pan negro y el carbón de cada día.
Me voy
a alimentar de sueños nuevas vidas.
Se me desborda el pecho y tengo frío.
 
Algún día, de otro siglo
quizás alguien me invente en un poema,
y reciba mi luz y mi legado
de mala leche y ojos tristes,
y me envuelva en la tierra desterrada,
y se atreva a jurar que fui su abuela,
Y se atreva a jurar,
Y se atreva.



jueves, 15 de julio de 2021

VIDA Y OFICIOS DE POETA

 “Y sí después de tantas palabras…”

(César Vallejo)

Y si después de todo llego tarde,
si se derrama el día tras la reja
y la vida me asusta  tras la esquina
y ya no soy capaz de llorar tanto.
 
Y si después de tanto tiempo,
me quedo fija en mis recuerdos
y con el beneficio de la duda,
descubro un nuevo oficio cada día
para añorar la infancia y los abrazos,
para crecer desnuda y casi sola,
para encontrar amor y abrigo limpio,
para parir un hijo y una hija,
para perder un padre y una madre,
para escribir sin más aspiraciones.
 
En estos viejos tiempos que hoy estreno,
los rincones encojen y no cabe
más que lo innecesario, más que nada
regalo lo que sobra en los cajones.
Vendo sueños baratos, dense prisa.
A los que venden motos, bicicletas,
a las incrédulas, mis dudas,
a los que llegan tarde, los segundos,
a los del ático, el infierno,
a las del sótano, la luna,
a las amas de casa, un poco más de caso,
a los amos de casa, mis aplausos,
a los descabezados, mi sombrero,
a las más atrevidas, menos miedo,
a los que tanto quieren, doy mi herencia,
la caja de los hilos de mi madre,
los carboncillos de mi hermano,
el jarrón verde y oro de la foto,
y el monedero de la abuela.
 
Quizás después de todo aún es temprano
y las palabras sobran. Tiempo al tiempo.


 Para entender mejor al poeta: César Vallejo y su filiación indígena –  Literalgia

 

domingo, 11 de julio de 2021

"AQUÍ RADIO INTERCONTINENTAL, MADRID"

 Llamo a la puerta del pasado,
sin saber quién habita en esa casa.
Hace una eternidad y cuatro inviernos
me despedí de allí, de aquellos muros,
acaricié paredes desgastadas,
cansado el gotelé de tanto polvo.
Alguien me abrió muy lentamente,
pisé con cuidado aquel terrazo,
el escalón de mármol desdentado,
el espejo luciendo aquella muesca,
Y aquel silencio roto se quebraba
Igual que en esas tardes de mi infancia,
con ecos de nostalgia y mortadela.
Ahora falta el ruido de la Singer
Y sobra alguna lágrima en mi cara,
mientras  la vieja radio ya no escucha
“Peticiones del oyente” “Elena Francis”
“Hoy cumple mi niña un añito más”
“Enrique Busián, Mayor 6. Primero”


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lunes, 5 de julio de 2021

SUEÑO DE MUJERES DE OJOS GRANDES



Poema inspirado en las lecturas de  Ángeles Mastretta y Federico García Lorca. 



Es fácil alcanzar a ver con ojos grandes,
morder la fruta equivocada,
cambiar la historia lentamente,
afanarse sin prisa por la vida
y que dios te conserve el don de la locura.
Interpretar al Lorca más cerrado,
con la cadencia y son de algunos muertos
que no tienen más que "la cabeza y un zapato".
Llega la noche y yo no siento más que miedo,
aprieto los dientes,
sin más ni más y me hago daño,
con dudas, dudas y más dudas.
Un ruido incómodo me asusta.
Puedo escuchar la voz de mis ancestros
que gritan que el cariño no se gasta.
Y así en un día venidero,
volveré a amar el mar,
me beberé su espuma desatada,
después de largos años de sequía.
Estrenaré el regalo de otra noche,
con la luna lorquiana tan distinta.
Y llegará otro lunes y otro viernes.
Los días se dispersan,
como yo y el verso libre,
como yo y mis ojos grandes
que no alcanzan a leer
la letra pequeña de mi vida.



 Ilustración de Caia Koopman