sin saber quién habita en esa casa.
Hace una eternidad y cuatro inviernos
me despedí de allí, de aquellos muros,
acaricié paredes desgastadas,
cansado el gotelé de tanto polvo.
Alguien me abrió muy lentamente,
pisé con cuidado aquel terrazo,
el escalón de mármol desdentado,
el espejo luciendo aquella muesca,
Y aquel silencio roto se quebraba
Igual que en esas tardes de mi infancia,
con ecos de nostalgia y mortadela.
Ahora falta el ruido de la Singer
Y sobra alguna lágrima en mi cara,
mientras la vieja radio ya no escucha
“Peticiones del oyente” “Elena Francis”
“Hoy cumple mi niña un añito más”
“Enrique Busián, Mayor 6. Primero”
No hay comentarios:
Publicar un comentario