Tú sí que te
mereces un poema
y no la luna de verano,
ni la espuma
del mar bebiendo tierra,
ni las
sombrillas viudas en la noche.
Tú,
con tu
caminar lento y silencioso
dibujas
huellas en la arena,
cargas todo
el futuro a las espaldas
para calmar
la sed inexistente.
Octubre
llegará,
tu madre y
África te esperan,
Francia
también
y los
invernaderos de El Ejido.
Quiero
escribir tu vida sin papeles.
Nos veremos
el próximo verano,
beberemos
los vientos de levante
en esta misma
playa que hoy me duele.
Una cerveza
fría, y agua fresca
trago de
dignidad por solo un euro.