A la cola, como todo el mundo. Hicimos caso al mandato y nos colocamos en una fila de la que no se percibía ni el principio ni el final. Mi hermano y yo no estábamos acostumbrados a andar por la calle a esas horas, pero ahora que nos habíamos quedado solos tendríamos que cambiar muchos de nuestros hábitos. Hacía mucho frío y unas gotas de lluvia empezaron a resbalar por nuestra cara. Me pregunto que hubiera hecho nuestra madre…seguro que antes de nada, nos habría abrochado los botones del abrigo y nos habría abrazado hasta que llegase nuestro turno para cenar.
Niños polacos esperando en una estación de auxilio en Praga (1946)
- American Jewish Join Distribution Committee -
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