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viernes, 16 de diciembre de 2011

La carrera

Cuando el presentador del acto pronunció mi nombre, sentí que todas las miradas del auditorio iban a parar a mi pierna derecha, y más concretamente a la carrera de mi media, que había aparecido inoportuna después de un enganchón con los inmensos tacones que había elegido ponerme esa mañana para la ocasión.


De repente, me sobrevino el pánico escénico que me acompañaba en mis apariciones públicas, desde que lo sentí por primera vez  el día de mi primera comunión, cuando Sor Clara decidió que mi timbre de voz era el más adecuado para declamar el "Acto de Fe".....han pasado 40 años,  y todavía recuerdo el gusanillo instalado en mis entrañas, el sudor en mi nariz, y lo peor de todo...unas ganas inmensas de hacer pis y mi voz aterciopelada: "Acto de Fe....Señor mío Jesucristo...."



Menos mal, que esta vez solo se trataba de recoger un premio, dar las gracias, hacerme unas cuantas fotos con los patrocinadores, y ya....me quería ir a casa lo antes posible....,el gusanillo me pellizcaba cada vez más fuerte, y además me hacía mucho pis....; pero tuvo que aparecer ese periodista con pinta de pardillo, pero con unos ojos negros preciosos...y me pidió una pequeña entrevista para su publicación, y yo que me dejo llevar facilmente por las miradas y las buena impresiones, pensé: "este tiene una pinta de becario que te echa para atrás, y unos ojos tan, tan bonitos....., qué pestañas!!!!"


.....En esos pensamientos estaba yo, y juntando las piernas por mis ganas de hace pis, le dije:
- Si, venga pero rápido que tengo mucha prisa, ¿vale?
- Si, no se preocupe, voy a ir directamente a lo que me interesa....,hábleme de su carrera, ¿como lo lleva al día de hoy?, estará muy contenta y satisfecha, ¿verdad?

De repente el gusanillo me mordió en la boca del estómago, el sudor resbaló por mi nariz hasta mis labios, y.....qué decirles de las ganas de hacer pis!!!!, roja de ira, muy ofendida, le contesté que tenía muy poca verguenza, y que me parecía una falta de respeto y de profesionalidad, y que si pretendía tomarme el pelo, o peor aún mofarse de mi, llegaría incluso a hablar con mi abogado....

Él, con cara de circunstancias, y los ojos negros y bonitos con grandes pestañas, totalmente desorbitados, se disculpó diciendo:
- Lamento haberle ofendido  Sra Tresley, no sabía que le molestara hablar de su exitosa carrera profesional...




Desde aquel día, nadie se ha atrevido a hacerme ninguna entrevista, y yo acudo a todos los actos con pantalones.....

:)))


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