Llegamos para quedarnos.
Inquilinos de un local con mucho encanto,
conjugamos verbos de fácil rima
Reír, sonreír, ver, beber, citar, recitar…
Ojos que escuchan, manos libres,
versos viajeros en sidecar de lujo.
Allí dónde no llegan las palabras
recogen estrofas al vuelo,
Plantan un libro, escriben un árbol…
Público fiel donde lo haya
envueltos en sus mejores galas,
nos hacen sentir poetas por un día,
nos remuerden las conciencias,
nos enseñan a bailar con los sonetos.
Y así, Chile tras Chile,
micrófono en mano, mantel de manila,
entre luces de neón , cerveza fría
y cálidos gin tonics “con dos o tres de hielo”,
nos recordamos los unos a los otros
que un buen día lo tiene cualquiera,
que es más fácil sacudirnos el polvo de la tristeza
que acumular desdichas en silencio
hasta altas horas, en horas bajas, a todas horas…
Llegamos para quedarnos,
Y ahora yo ya no puedo
vivir
sin "tapizar" mis sueños con vuestros hilos.
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