¿Qué podemos amar que no sea una sombra?
HÖLDERLIN
Soy mujer, soy espejo.
Recuerdo de ojos tristes,
silencio y mala cara.
Aquella redacción en el colegio.
Soy nuevo testamento hecho pedazos
y algún pañuelo rojo.
Música en el salón que da a la calle.
Demasiado pequeña tantas veces.
He sido confidencias de un minero,
mar de Alborán en tierra firme
y las manos de todas las mujeres
desmigando los restos de un cocido,
la misma ropa vieja que hoy me cubre,
zapatos de charol y pelo corto.
Soy cicatrices, soy estrías
de sus primeros llantos,
la hermana que no existe
y el amor de un amor en carne viva.
Soy el cuerpo y la piel de mis antepasados.
Un mordisco de luz
en medio de una sombra abandonada.
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