A finales de
año,
me encuentro
con la muerte algunas noches.
Pasea entre
la gente descuidada,
vuela de luz
en luz como aire fresco;
vida sin
domesticar
sabe
esconderse entre las nubes
cerca de un
dios que no conozco
pero al que
rezo si me pierdo.
En esta
Nochebuena no la he visto.
Todavía
estoy viva y coleando,
como la
barracuda en el mar
y los peces
en el río.
Ilustración: Laura Saucedo.
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