No te
preocupes por mí,
no escarbes
en la luz si ya es de día,
no temas si
mis piernas no responden
si mi voz no
se eleva,
si no estoy
a tu altura.
Ahora que es
invierno y hace frío,
no busques
mi sudor ni mi sudario,
es tiempo de
vivir a quemarropa
sin techo ni
refugio en tu mirada.
No te
preocupes por mí
si alguna
tarde gris me desmorono
y el mar
fluye nublado en mi retina.
La cruz del paladar me va salvando.
Ya he estado
casi muerto varias veces,
no te
preocupes.
Precioso. Como siempre
ResponderEliminarMuchas gracias Diego.
EliminarUn beso muy fuerte, amigo.