“…No es el infierno, es la calle.
No es la muerte, es la tienda de frutas…”
FEDERICO
GARCÍA LORCA.
Ya no está aquella tienda de regalos,
con muñecas de fieltro, con tarjetas
de celebrar cumpleaños y la vida;
Popy cards se llamaban.
Marcos de fotos y paraguas
cajas de música, llaveros
y el tic tac de relojes escondidos.
En esa misma esquina ha renacido
una tienda de frutas.
De frutas arrancadas a la tierra,
con memoria de flores deshojadas,
exóticas, maduras,
verdes que sin querer, esperan turno.
Manzanas rojas y culpables,
peras de agua y sinsabores,
naranjas de la China.
Frutas con pieles estrujadas,
y remordidas de silencio.
A cala y a prueba mis recuerdos
se disparan en medio de aquel ruido
y ese olor a podrido en la trastienda.
Asisto a un duelo en plena calle
con el zumo agridulce del presente.
Va resistiendo el barrio panza arriba
Y en mi memoria infierno abajo
siempre estará la tienda y yo
con trece años.
Los barrios cambian pero la buena poesía perdura. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Chelo.
EliminarUn abrazo.