Tendría que hacer caso a Vargas Llosa
y escribir todo el tiempo hasta morirme,
o morir escribiendo, y no morir en vida
como hacen otros.
Tendría que leer más a Vargas Llosa
y ser una heroína, discreta pero heroína.
No quiero echar raíces en las nubes
mientras contemplo amaneceres.
Quiero brillar discretamente
pero brillar, al fin y al cabo.
Según ha dicho a veces Vargas Llosa
“Se escribe para llenar vacíos,
para tomarse desquites contra la realidad,
contra las circunstancias”.
Pero yo le diría a Vargas Llosa
que llenar vacíos no es tan fácil
que la realidad a veces nos supera
y las circunstancias son las que son.
Aunque seguro que él ya lo sabe.
Tendría que hacer más caso a Vargas Llosa
y leer todo el tiempo hasta aburrirme
de vivir otras vidas, de escuchar otras voces
de probarme otros trajes, de soñar.
Leer hasta desgastarme los ojos
y que me lloren
Para después, llorar
por la triste realidad.
La felicidad no existe
Porque según dice Vargas Llosa:
“Sólo un idiota puede ser totalmente feliz”
Y yo..., yo no quiero ser idiota.
Ilustración: Fernando Vicente, EL PAÍS
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