El primer
recuerdo que tengo de ti, es de un día de tu cumpleaños o al menos cercano a
esa fecha, yo te regalé un disco y tú estabas detrás de un mostrador en una
tienda de repuestos que se llamaba : "El surtidor"...es curioso,
ahora casi treinta años después, sigues suministrando repuestos, aunque esta
vez en vez de ser kits de embrague, lubricantes, filtros, bombas de dirección y
radio casetes, nos surtes de alegría, amor, ternura, positividad, y emociones y nosotros estamos dichosos de formar parte de tu vida...y es que hemos compartido
tantas cosas...Hemos viajado, París, La India, Nepal, Cádiz, Asturias,
Almería...Hemos compartido amistades,
fuiste testigo de mi boda, Hemos reído a carcajadas, hemos llorado de
emoción y de tristeza, has sido mi gran amigo de esos que se cuidan como un
tesoro, te convertiste en mi hermano...ese hermano que he añorado tantas veces
a lo largo de mi vida y que estoy segura que me hubiera querido tanto
como tú me quieres, porque sé que me quieres mucho; he sido testigo de tus
alegrías y de tus penas, de tus amores y desamores y de tu boda con la mujer de
tu vida, de la madre de tus hijos, tus grandes tesoros...los tres, tu familia,
de la que presumes cada vez que puedes y de la que te sientes orgulloso, y no
es para menos...
No se equivocó
tu hermano, cuando me dijo algo parecido a: "Tienes que conocer a mi
hermano, te va a caer fenomenal, pero es un vacilón...no le hagas mucho
caso", y es que guardo momentos memorables junto a ti:
comiendo
chorizo en los jardines de Versalles, repartiendo ciruelas Borges a los niños
nepalíes, durmiendo en un palacio de la India con paredes ensangrentadas,
comiendo marisco en el "Ribeira", bailando “acid house” sin perderte
ni una, cantando “Las cosas del querer”,
viendo cine en "Los Alphaville", degustando las tapas de
Almería, corriendo tras de ti haciendo de la más veloz liebre, cantando canciones de Los Payasos en Luarca,
soplando las velas de los niños en los cumpleaños como el mejor amigo de
Parchís y partiéndonos de risa con tus imitaciones del Papa Juan Pablo II, de
López Vázquez, de Gracita Morales, de Rodríguez de la Fuente, del abuelo de
Chencho, … de todo el que se te presente en cualquier cena, comida, merienda,
reunión...porque eres el alma de todas las fiestas, el perejil de todas las
salsas...y tus chistes: “Ay…la poesíaaaaa” y esa forma tan peculiar que tienes
de hablar en cualquier idioma, sobre todo en alemán y japonés…
Ahora que has
cumplido cincuenta años y las canas blanquean tus sienes, aunque te conservas muy
bien y estás más en forma que nunca, solo espero que podamos seguir disfrutando de
tu compañía muchos, muchos, muchos, muchísimos años, riendo juntos,
compartiendo tan buenos momentos y que
nos sigas cuidando como hasta ahora…porque aunque no lo he mencionado, esa es
tu mayor virtud y empeño: el cuidar de las personas que quieres…
Te quiero,
porque parte de mi felicidad te la debo a ti.
Qué suerte cuando tenemos personas tan especiales a nuestro lado, que ponen gotitas doradas de miel para endulzarnos la vida, y hacen que esta travesía sea más llevadera...Y si viene negra tempestad...reír, remar y cantar...
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