Ellos, mis ancestros no pisaron la luna
tampoco las nubes, ni la savia negra de los montes.
Escupieron barro en viejos valles,
se amamantaron de luz lejana y triste.
Pasaron hambre y una guerra
sin saber el bando en que luchaban.
Sirenas sin agua ni sal,
puños en alto y sombra en las paredes
¡ No pasarán!
pájaros negros
pasaron y esquelas blancas,
niños muertos y madres, y abuelos.
Madrastras escuálidas alimentaron sueños
a soldados sin uniforme en cárceles sin muros.
Encontraron su muerte
en la cuneta
arañando toda la piel enmascarada.
Ellos, mis ancestros…
conocieron el mar
antes de tiempo
cruzaron las fronteras del olvido, sin volver.
Muerte dulce, mala vida,
noches sin color en la distancia,
Cálido viento envuelto en agua clara
escondió los pasos de baile disfrazados
Y un padre solo, con
miel y sin memoria
endulzó los pequeños corazones con sus manos.
Callado, lento, cerca del sembrado.
Y aquí, en esta misma
ciudad, mueren de pena
y se recuestan a la luz de las farolas
los hijos que ya crecieron
y encontraron otros padres y otras madres
Unidos en lo bueno y en lo malo
hasta hoy…
que rozan la nada sus dedos.
Ellos, mis ancestros se cuelan en mis poemas
buscan hueco entre estas letras
se aúpan a las estrofas sin medida
y bajan a lo más hondo de mis versos
Buscan ser inmortales,
mientras…yo no les
escucho
Me has hecho sentir la tristeza de las víctimas. Por un momento me he visto con las cuencas de los ojos rellenas de tierra amasada con las lágrimas de la rabia contenida.
ResponderEliminarMe has hecho sentir la tristeza de las víctimas. Por un momento me he visto con las cuencas de los ojos rellenas de tierra amasada con las lágrimas de la rabia contenida.
ResponderEliminaruna maravilla el haberte hallado
ResponderEliminarme gusta como escribes
e das sabor a tus letras
gracias por compartirlas
Muchas gracias.
EliminarUn saludo :)