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jueves, 17 de mayo de 2012

Sus regalos

Y al otro lado de la ventana, nada de nada…solo escarcha sobre sus zapatos que un año más, había colocado con mucho cuidado en el poyete junto con las tres copas de orujo de avellanas, lo mejor para entrar en calor en una noche de enero.

Estaba a punto de estamparlo todo contra la pared cuando escuchó la voz de su madre, que le llamaba desde la cocina:

-          Antoñito, hijo,  vístete que papá viene de permiso y nos vamos a ir a desayunar chocolate con porras.

La sonrisa dibujada en su cara y el abrazo de su padre, fueron sus mejores regalos de reyes.



4 comentarios:

  1. Sin duda el amor de los nuestros es el mejor regalo, no hay nada comparado a ello, por muy valioso que pudiera ser lo material.
    Mil gracias Lolilla por tus letras.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Juani!!!
      Me inspiré en una historia familiar, de un tío mío que cuando eran pequeños, en el Madrid de la posguerra, no dejaba de poner sus zapatos en la ventana en la noche de reyes, y por la mañana estaban helados y no había nada de nada...Lo contaba con mucho humor, y yo lo recuerdo con ternura y un toque agridulce.

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  2. Me gusta, breve y.., diciéndolo todo.
    Besos y abrazos.

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