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viernes, 18 de noviembre de 2011

La llave de la memoria

- Muerto pero mío...., repitió al funcionario que una vez más, le negaba el impreso.

- Señora, a los muertos hay que dejarlos descansar.

....Y una semana más se pondría el abrigo, cogería su bolso y se marcharía sin haber obtenido respuesta de donde estaba el cuerpo de su padre.
Así llevaba más de dos años, desde que descubrió que el viejo arcón familiar, sólo se abriría con la llave que colgaba del cuello de su padre el día que se lo llevaron y ya nunca más volvería a verlo.

Años más tarde, recibiría una carta, de la Ley de la Memoria Histórica....pero para aquel entonces, ella no podía recordar para que buscaba a su padre....






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